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Maternal, centenaria y bravía
luchadora en mestiza batalla
guardan leyendas, los acordeones,
del Valle del Cacique Upar.
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En sus calles de estirpe española
remembranzas de un pueblo que canta,
con sus historias, sus esperanzas,
oh señorial Valledupar.
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¡Oh Ciudad de los Santos Reyes!
matriarcal grito soberano,
tradiciones que te defienden
orgullosa fue tu libertad.
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Aborigen de casta muy valiente
de una raza labriega hasta la piel,
hoy nos quedan dos símbolos latentes,
el Arhuaco y el Kogui, muestra fiel.
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Hacia el norte domina la sierra
donde el alma del Valle se siente,
un sol ardiente baña tus tierras,
airoso el río Guatapurí.
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En el campo tus hombres muy fuertes
con sus brazos de amor y confianza
es algo innato, labrando cantan,
en busca de su porvenir.
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¡Oh Ciudad de los Santos Reyes!
matriarcal grito soberano,
tradiciones que te defienden
orgullosa fue tu libertad.
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Nuestro suelo es emporio de riqueza
es progreso, tenaz Valledupar
entonemos un himno de esperanza
que sea el grito del Valle del Cesar.
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