-El compositor guajiro Rafael Manjarréz, no ha podido cerrar algunas páginas de su corazón porque una canción se le atraviesa en su sendero musical y lo llama a cantar con el mayor sentimiento-
Por Juan Rincón Vanegas – @juanrinconv
“Ya comienza el Festival, vinieron a invitarme
ya se van los provincianos que estudian conmigo,
ayer tarde que volvieron preferí negarme
pa’ no tene’ que contarle a nadie mis motivos,
yo que me muero por ir y es mi deber quedarme
me quedo en la capital por cosas del destino”.
Cuando el compositor Rafael Manjarréz tomó su guitarra e interpretó las seis primeras líneas de su canción ‘Ausencia sentimental’, un terremoto de nostalgia sacudió todo su ser, como lo aseveró, y fue por una poderosa razón que nadie esperaba.
En esta ocasión, como ahora que vive en Santa Marta, estaba a 254 kilómetros de Valledupar, y ese sentir volvió a presentarse con toda su carga de añoranzas.
“Pensar que no iremos al Festival Vallenato en la fecha fijada es algo que se sale del radar de los amantes del folclor vallenato. Da mucha tristeza, porque todos esperábamos este evento para integrarnos y sentir de cerca que nuestra música vallenata sigue siendo grande a través de todos sus protagonistas”, fueron sus primeras palabras.
A los pocos segundos prosiguió: “Definitivamente, hoy más que nunca se siente la ausencia sentimental, esa que experimenté cuando compuse la canción en Bogotá. Y pensar que todo se sale de las manos debido a la pandemia del Covid -19. No hay otra alternativa, nos toca quedarnos en casa”.
Enseguida, reflexiona de la mejor manera. “Estamos a la voluntad de Dios esperando que todo pase pronto y volvamos a pensar en el Festival Vallenato, que es la mayor inyección de alegría para los colombianos”.
Durante el ameno diálogo el compositor se alegró cuando se le recordó que hace 10 años su canción ganadora en el año 1986, fue declarada Himno del Festival de la Leyenda Vallenata.
Las razones que tuvo la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata se fundamentaron en que ‘Ausencia sentimental’ se convirtió en corto tiempo en el más grande mensaje lleno de miles de recuerdos para los que se encuentran ausentes, y no pueden llegar a finales de abril hasta la Capital Mundial del Vallenato.
Rafa, sobre este hecho anota: “Este reconocimiento es motivo de complacencia para mí, y el agradecimiento será eterno para la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, para los que les llena mi canción, especialmente a los que se ausentan por diversos motivos, tal como me sucedió a mí”.
Radiografía de la nostalgia
La canción ‘Ausencia sentimental’ es la más fiel radiografía de la nostalgia, el sentimiento en trance del que se encuentra lejos, y la memoria viva que busca en los recuerdos un presente igual o mejor, pero que al recibir “las razones de sus compañeros”, todo se torna diferente. Es el himno del guayabo, ese que no produce el trago, sino que permite andar por los caminos que el compositor recorrió a la distancia con su pensamiento, y caer en cuenta que “hay cosas que hasta que no se viven no se saben”.
Yendo más al fondo de la composición, esta tiene sabor a parranda, a música, a encuentro con amigos, a nostalgia, a paseo en el balneario ‘Hurtado’; ingredientes que la incrustaron en el corazón de un pueblo como la más querida de las canciones inéditas.
Personas, lugares y hechos hacen parte vital de la estructura de esta inspiración que nació muy lejos de Valledupar, pero cuando fue escuchada por la multitud se sembró para siempre en la plaza ‘Alfonso López’, al lado del legendario palo e’ mango.
Con el paso del tiempo, la canción ha dejado regados pedazos del alma vallenata, porque muchas de las personas por quienes pregunta el compositor partieron hacia la eternidad. Ellas, siguen presentes en la memoria de todos desde que la voz del cantante Silvio Brito la divulgó por los medios de comunicación, y se metió en el corazón de los que saben que “el que nunca ha estado ausente no ha sufrío un guayabo”.
Regresó a contar
Desde su casa, Rafael Manjarréz tomó aire y pidió pista para poner a volar su pensamiento hasta asomarse por las hendijas del ayer y explicar su memorable hazaña musical.
“En aquella ocasión fueron demasiados hechos que llenaron mi sentimiento por no estar presente en el Festival Vallenato. ¿Se imagina, estando en Bogotá y que llegaran a invitarme? Pudo más la razón que el corazón y me tocó encerrarme porque la angustia era grande. Entonces dejé fluir mi tristeza en la soledad de mi habitación, naciendo esta canción que me ha dado demasiadas satisfacciones”.
Hace un alto en el camino, y sigue narrando: “De ahí la frase donde digo que encerrado y temblando escribí una letra que detallaba mi tristeza, mi ausencia sentimental”.
Esa frase fue la base para esbozar todo su trasegar por un hecho que lo tenía en la capital del país, pero queriendo estar en Valledupar. Claro, que les hizo una petición a sus compañeros para que le llevaran algunas razones. Esas razones que solamente cabían en el marco de su corazón.
“Todos los recuerdos se me convirtieron en un martirio, y de ahí surgió la canción que hace 34 años presenté en el Festival Vallenato, y causó ese mismo estado de ánimo que sentí cuando nació, y que se ve reflejado cada vez que la canto, especialmente por esta época”, expresó Rafael Manjarréz.
La canción se ha convertido en la identidad sonora del Festival de la Leyenda Vallenata, y la que hace que las lágrimas no se apuren en salir, los recuerdos estén en primera fila y en estos días el ambiente tenga la marca de la ausencia.
Las gracias
El compositor y abogado Rafael Enrique Manjarréz Mendoza, oriundo de La Jagua del Pilar, La Guajira, agradeció el detalle de convocarlo a repasar aquella historia que ahora se hace más real, teniendo como única salida la espera de una nueva fecha cuando en Colombia se vuelva a cantar a voz en cuello: “Ya comienza el festival, vinieron a invitarme”…