-Es una canción en aire de paseo donde hace nueve años se pintó a Valledupar, visto desde la Plaza Alfonso López, sin su máximo evento de acordeones, cajas, guacharacas, cantos, versos y piloneras-
Por Juan Rincón Vanegas – @juanrinconv
Comenzaba el año 2011 cuando el compositor Jorge Hugo Ochoa Mohales se inspiró en un hecho poco común en esos tiempos, como era tener en Valledupar un mes de abril sin el Festival de la Leyenda Vallenata.
El último acontecimiento de esta índole fue en el año 1983, cuando el certamen se llevó a cabo del 9 al 12 de junio, debido al terremoto que afectó a la ciudad de Popayán.
Hace nueve años, esa historia que hoy se hace realidad, pasó por la mente de este arquitecto y compositor nacido en el corregimiento de Patillal, municipio de Valledupar, quien la escribió y le puso música.
Se sentía una tristeza en las entrañas del Valle,
porque se comentaba bajo el palo de mango
que tal vez este año no habría festival.
Lloré gotas de sangre mirando un calendario
abril también sollozaba porque quizás estaba
en ese sitio de más. Y lo arranqué del almanaque
pa´ qué un abril sin festival.
Ahora, ante las actuales circunstancias, Jorge Hugo Ochoa llama a su memoria el momento en que comenzó a darle vida a la canción en aire de paseo ‘Pa’ qué un abril sin festival’.
“En esa ocasión estando sentado debajo del palo de mango de la plaza Alfonso López, me imaginé el mes de abril sin el Festival Vallenato. Enseguida sentí algo extraño, algo vacío al no poder tener esa fiesta grande, esa misma que es la identidad de Valledupar”.
El hecho le comenzó a ganar terreno en su pensamiento, y fue así como al llegar a su casa comenzó a silbar y darle forma a la idea.
“No demoré mucho tiempo para hacerla, porque sentía un sinsabor, pero con la esperanza de que eso nunca sucediera. Así somos los compositores”.
Ya con la canción lista salió a darla a conocer para notar el efecto que causaba. “En la casa de mi amigo José Pumarejo se hacían unas tertulias, y al cantarla me felicitaron, y me sugirieron que la presentara al 44° Festival de la Leyenda Vallenata que ese año fue en homenaje a los maestros Leandro Díaz y Lorenzo Morales. Fue así como a su debido tiempo la inscribí”.
Canción seleccionada
Para el concurso de la canción inédita se inscribieron un total de 262 obras, y el jurado integrado por Rita Fernández Padilla, Hugues Martínez Sarmiento, Calixto Mindiola Carrillo, Atenógenes Ustáriz Beleño y Cecilia ‘La Polla’ Monsalvo Riveira, seleccionaron 74, entre ellas su paseo.
“Me puse muy contento porque mi canción había sido seleccionada, y ahora tocaba presentarla en vivo y en directo, para lo cual me preparé con mi grupo”, manifestó Jorge Hugo.
El turno le correspondió en el Coliseo de Ferias ‘Pedro Castro Monsalvo’ el miércoles 27 de abril, teniendo el acompañamiento del cantante Luis Carlos ‘El loco’ Martínez Curvelo y el acordeonero Walter Muegues Rincón.
Yo no puedo imaginarme a Barranquilla sin sus carnavales
Medellín perdería encanto sin el desfile de sus silleteros,
cómo imaginarme al Huila sin sus bambucos tradicionales.
Yo no puedo imaginarme a Sincelejo sin sus corralejas,
no puedo imaginarme a los pastusos sin negros y blancos
cómo imaginarme al Valle sin piloneras y sin piloneros.
La expectativa del compositor fue grande porque estaba en competencia, viendo las caras de los asistentes al escenario que escuchaban su canción.
Se escuchó la tristeza en el cantar de las aves
y un viejo cañaguate tiró flores errantes
porque no le importaba vestirse de color,
protestaba en pedazos el alma de este pueblo
y la Sierra Nevada derretida clamaba por la misma razón.
Marchita estaba sin Consuelo, la madre de nuestro folclor,
pero cayó un fuerte aguacero y luego se recuperó.
La canción hizo su recorrido por la primera y segunda ronda, pero por pocos puntos no accedió a la semifinal en la Plaza Alfonso López. Ante el fallo, el compositor Patillalero no se amilanó, sino que eso le dio mayores fuerzas para continuar exaltando el folclor vallenato que tanto ama. En total, ha concursado en cinco ocasiones.
Ahora indica que “como digo en la canción que fue grabada el año pasado en la producción musical de vallenato auténtico volumen 2 ‘Salvaguardando la tradición’ con la voz de Armando Restrepo y el acordeón de Oscar Correa, después de caer un fuerte aguacero volverá el Festival de la Leyenda Vallenata”.
Se escucharán los acordeones, los versos
y las canciones que quisieron callar.
Palpitarán los corazones
rebosantes de emociones
porque habrá festival.
El compositor nunca pensó que esa premonición sería una realidad debido a la pandemia del coronavirus que obligó a todos a estar en casa y no contestar presente en la fecha acordada, 29 de abril al 2 de mayo, cuando la voz de Jorge Oñate y las canciones de Rosendo Romero inundarían de alegría al mundo vallenato.
El abril de ‘La Cacica’…
El mes de abril para Consuelo Araujonoguera era sinónimo de alegría cantada al lado de la danza de El Pilón.
“Cuando comienza abril en medio de la dura realidad nacional nuestros acordeoneros, cajeros, guacharaqueros, compositores, verseadores, cantantes y piloneras nos confirman una vez más que hay empresas grandes, pujantes, famosas y ricas, pero que la mejor, la única empresa del espíritu que sobrevive y se mantiene pese a todo, y más allá de todo, se llama Festival Vallenato”.
Cuando se estaba al cierre de la crónica, esculcando en las múltiples frases célebres de ‘La Cacica’, aparece una que pone los pelos de punta:
“Es cierto que estos no son los mejores tiempos para Valledupar, para Colombia, ni para el planeta tierra que ahora mismo se agita y convulsiona como un gigantesco dragón maligno, de cien bocas, que respira veneno. Pero en medio de los altibajos y tropezones de la época que estamos viviendo, el Festival de la Leyenda Vallenata afina sus instrumentos, lanza al aire los compases de las melodías y vuelve a convertirse en la gran convocatoria de la unidad musical, en el crisol donde se alean y funden las ideologías, los credos, las razas y todas las posiciones de la gente que quiere y necesita la alegría de los versos vallenatos”.