-El compositor Rosendo Romero Ospino, supo inspirarse con el corazón en la mano e hilvanar letra con melodía para que Diomedes Díaz y Nicolás Elías ‘Colacho’ Mendoza, le dieran el golpe justo a esa canción hasta quedarse metida en todas las navidades-
Por Juan Rincón Vanegas
@juanrinconv
Avanza el mes de diciembre de 2020 con muchas diferencias a los anteriores pasando a estar quietos en casa, guardando distanciamiento obligatorio y usando tapabocas. En medio de todo a pesar de la larga cadena de tristezas que sacude al mundo llega nuevamente el inolvidable ‘Mensaje de Navidad’ con sus arbolitos, pesebres, luces, regalos y palabras alentadoras. A la par aparecen bellas canciones con esa temática, siendo Rosendo Romero Ospino, el más laureado.
Unos dicen, que buena las navidades
es la época más linda de los años,
pero hay otros que no quieren acordarse
de la fiesta de año nuevo y aguinaldo.
La imaginación le llegó a ‘El Poeta de Villanueva’, en el momento preciso del mayor estado del alma y no había ningún escape porque su memoria estaba ocupada con los recuerdos, dando todas las facilidades para que se convirtiera en canción. Si, esa canción que marcó su corazón para toda la vida.
Así lo hizo, aprovechando el viento a favor porque las añoranzas las tenía al cerrar y abrir los ojos, encontrándose de frente con la fiesta más linda del año donde los tiempos de Dios son perfectos.
Rosendo Romero, no es de los cantautores que saca azúcar del fondo del mar, tampoco eleva una cometa sin hilo y menos pesca en río revuelto, sino aquel que se encarga de recrear su pensamiento con la dulzura de la vida, a estar en línea directa con el alma enamorada y fijar su vista en aquel ayer que le respira cerca.
El registro del calendario con su numeración perfecta indica que hace 40 años nació la canción ‘Mensaje de Navidad’, la misma que no ha dejado de sonar en la voz de Diomedes Díaz y el acordeón de Nicolás Elías ‘Colacho’ Mendoza.
El mismo compositor lo señaló. “Tenía la idea, tenía los recuerdos, y en base a esta fiesta nació la canción que para esta época no deja de sonar”.
No había que darle más espacio al silencio para ponerlo a contar el relato que le agrada porque fue un especial mensaje cantado.
Al sumar los años se sorprendió. ¿“Dios santo, hace 40 años hice esa canción?, exactamente en una casa del barrio Los Alpes de Barranquilla, logrando unir la alegría con la tristeza, esa que se siente en esta fecha especial de cierre del año”.
Siguió meditando al evocar aquellos momentos. Se emociona contando en detalle la historia pegada a su piel que lo convirtió con el paso del tiempo en ‘El cantor de las Navidades’, haciendo posible que todos se identificaran y cantaran esta obra que es un himno en el tiempo de pesebres, villancicos, aguinaldos y de integración familiar.
El génesis de su obra cumbre que demoró haciéndola algunos días cuando tenía 27 años, lo relató con precisión como sus versos. “En el año 1970 Jorge Oñate le grabó al compositor Emiro Zuleta la canción ‘Diciembre alegre’, la cual me la pasaba cantando en mi natal Villanueva. Esa canción influyó mucho”.
Diciembre alegre te fuiste
diciembre alegre vendrás,
y de aguinaldo solo me diste
bello diciembre, un poco
de cosas para recordar.
Siguió contando pausadamente. “Con esa canción tuve el impulso necesario para componer un auténtico ‘Mensaje de Navidad’. Me fui llenando de requisitos y tenía la intención de darle vida pronto, pero no me llegaba el momento y comencé a comprar tarjetas y conocer más a fondo del tema”.
En aquellos famosos mensajes de las tarjetas, encontró algo escrito por unas manos desconocidas, donde se decía: “Que en esta fiesta de Navidad la magia sea tu mejor traje; la sonrisa el mejor regalo, los ojos el mejor destino y tu felicidad mi mejor deseo”.
Al remover nuevamente las añoranzas continuó diciendo. “Eso me permitió meterme en mis propias navidades que fueron muy hermosas y otras no tanto, porque nosotros recibíamos de aguinaldo una bolita de inflar, un pitico de lata y un buñuelo”.
No muy bien había terminado la última palabra se llevó la mano derecha al rostro y sintió por dentro ese ayer que continua intacto en su memoria. Se quedó callado por un minuto eterno, y al reencontrarse con el diálogo expresó. “Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad”.
Más adelante volvió a tomar el rumbo de la charla. “Esa obra me ha concedido un gran reconocimiento. Me siento satisfecho por el cariño que me expresan la gente, más en este tiempo que la cantó y la escuchó por distintos medios, y más ahora en los celulares”.
De esta manera desde el año 1980, la canción ‘Mensaje de Navidad’ comenzó a sonar, siendo motivo de alegrías y de muchas nostalgias que se calcan de inmediato en el pensamiento de los que la disfrutan y también lloran.
Los años han pasado y Rosendo Romero sigue recordando su niñez, su juventud, y trayendo a colación los hechos que marcaron su vida, siendo el alimento necesario para inspirarse y añadirle al folclor vallenato nuevas canciones que hoy hacen parte de su inventario musical.
El protagonista
De repente hizo un inusitado regreso al comienzo de su relato señalando que el protagonista de esa canción fue su tío Luis Ramón Ospino Campo, quien se quedaba allá en la serranía lleno de tristeza y acompañado de la soledad.
A él le mandó directamente ese mensaje de cariño que se hizo extensivo al mundo y que hoy es el mejor regalo para el alma.
No paró de contar los hechos de esas navidades que vivió al lado de los suyos. “Antes la Navidad era algo sublime y muy esperada. Tenía magia, los niños y niñas eran felices con regalos sencillos, pero cambió el modo de vivir porque el progreso y la tecnología abarcaron todo. Definitivamente ahora la Navidad es un pretexto comercial y lo espiritual poco pesa”.
Seguidamente puso muchos ejemplos de su época cuando el niño Dios era el centro de esta fiesta. “El pesebre y los villancicos eran el mejor escenario para recordar el capítulo del nacimiento de Jesús en Belén. La religiosidad primaba ante todo y eso se ha venido perdiendo”.
La canción ‘Mensaje de Navidad’, le saca lágrimas a Rosendo Romero al acordarse de las vicisitudes que vivieron sus padres Escolástico Romero Rivera y Ana Antonia Ospino Campo, ‘La Nuñe’, para sacar adelante a su familia.
“Ellos, nos guiaron por el camino del amor al terruño, al prójimo y a las cosas bellas de la vida donde Dios marcaba el camino”, recalcó el cantautor.
En su hogar no se cansa de darle oficio al recuerdo al haber logrado con su ‘Mensaje de Navidad’ permear las tristezas, darle un bocado dulce a los dolores y perfumar las alegrías.
Cantor de las navidades
Este villanuevero nacido en el barrio El Cafetal, el campesino quien durante 19 años estuvo metido en la Serranía del Perijá, se considera ‘El cantor de las Navidades’, canción grabada por Daniel Celedón e Ismael Rudas.
Todo lo sustenta al entregar un mensaje sincero, agradable, espiritual y lleno de nostalgia con visos de alegría.
“Repito que la canción ‘Mensaje de Navidad’ ha sido toda una bendición y más grabada en su momento cumbre por Diomedes Díaz con el acordeón de Nicolás Elías ‘Colacho’ Mendoza, la primera voz de Jairo Serrano y esa excelente agrupación, Fue la continuación del éxito que se llama ‘Fantasía’, esa que todos conocen”.
Sin mucha prisa teniendo su memoria conectada con la fiesta de fin de año y todas las nostalgias juntas conceptuó.
“Llegar esta canción a 40 años, y seguir sonando como el primer día, es un logro enorme. Son 40 años en que pude abrir un camino hacía un movimiento musical que no existía en la música vallenata y hoy en día gracias a Dios, hay muchos compositores que le cantan a la Navidad”.
Enseguida contó una de tantas anécdotas de alegrías, tristezas y religiosidad alrededor de la canción.
“Recuerdo tantas, pero se me ocurre contar de una joven religiosa que en la calle se me acercó diciéndome que Jesucristo era quien se había quedado solo en los cerros. Esa apreciación me gustó, pero la anécdota del que se quedó allá es completamente distinta, pero esa conclusión es válida porque Jesucristo murió en un cerro y resucitó en otra parte”.
Al preguntarle el por qué a esa canción le puso competencia con ‘Navidad’, grabada por el Binomio de Oro (Rafael Orozco e Israel Romero), entregó una respuesta inesperada. “No le hice competencia, sino que mi hermano Israel comenzó una canción con esa temática y la dejó tirada. Tiempo después me pidió el favor de terminarla. Lo hice y se la entregué. Cuál no sería mi sorpresa cuando la grabó con Rafael Orozco, apareció a mi nombre”.
De inmediato sonrío y manifestó. “No me puse bravo, pero sinceramente es de los dos, y fue un detalle bello de mi hermano”. Soltó una larga carcajada cuando se le preguntó si compartían las regalías de esa obra musical.
Después de eso se dedicó a replicar ese tema con varias obras y la más reciente que compuso fue hace ocho años llamada ‘Mil navidades’ que grabara Martín Elías Díaz con el acordeonero José Fernando ‘El Morre’ Romero.
Si me preguntan de las fiestas cual me gusta
siempre respondo las navidades,
es muy difícil encontrar alguien que nunca
tuvo un aguinaldo inolvidable.
Allá en mi pueblo, sobre los cerros
había un lucero que siempre imaginé,
que era la estrella que iban siguiendo
los reyes magos, camino hacía a Belén.
En medio del recorrido por su historia musical Rosendo Romero, se quedó meditando y luego anotó. “La canción mía por preferencia es ‘Mensaje de Navidad’, por la temática del nacimiento de Jesús y por todo lo que ha significado en mi vida”.
Sin detenerse seguía exponiendo detalles de esa obra inmortal y la indagarle con cuál frase se quedaba, en vez de una escogió tres.
1.- “El tiempo que se fue no vale nada. Que mueran los recuerdos que nos duelen”.
2.- “Si la gente usa oro y nada más, preocupada por el lujo y la apariencia, olvidando el dinero celestial que se gana compartiendo con nobleza”.
3.-…”Y el que llora y sufre las penas, que se olvide del año viejo, si tiene un corazón sincero verá en el firmamento las estrellas”.
Al pronunciar esas frases la entrevista llegó a la desembocadura del pensamiento cuando la brisa decembrina acariciaba los rostros de los presentes.
Miró a un lado y sin pensarlo tomó su guitarra, la llevó a su pecho, con sus dedos acarició las cuerdas e interpretó esa obra sublime del cancionero vallenato, la misma que suma cuatro décadas, la que nunca se pone vieja y que él no se cansa de entonar.
Pregonando este mensaje yo he venido
a decirles con el alma y con grandeza,
que se olviden de los recuerdos
y se llenen de parabienes.
Les deseo próspero año nuevo
y ventura pa’ lo que viene.
Al momento de la despedida y cuando se había traspasado la barrera de la terraza de su casa en el barrio El Cerrito de Valledupar, el maestro Rosendo Romero hizo una petición difícil de cumplir. “Por favor, no me vaya a hacer llorar con la crónica”.
Si, difícil, porque las lágrimas siempre han sido el desahogo de las tristezas, las muestras de las emociones, y más en este tiempo marcado por el silencio de los adioses del destino.