Romualdo Brito observó un último amanecer en el Valle

Por Juan Rincón Vanegas

@juanrinconv

Eran las 4:30 de la madrugada del viernes 20 de noviembre de 2020, cuando el cantautor Romualdo Brito López emprendió en su vehículo un viaje desde Valledupar hacía Bogotá, no sin pasar antes por el negocio de Fabián Pontón Guerra, ubicado diagonal al Parque Didáctico, a comprar 20 kilos de queso que le costaron 250 mil pesos.

Durante su recorrido camino a La Paz, Cesar, pudo observar en toda su dimensión el amanecer de su querido Valle, cuando la luz de la aurora iba en aumento a una velocidad considerable para darle la bienvenida a un nuevo día.

Ese amanecer, de inmediato le recordó aquella canción que hiciera en el año 1997, teniendo como protagonista a una mujer pegada a su corazón, a la cual le pedía que no se fuera de su vida.

Ay, sígueme queriendo te pido

para que el amor no se acabe,

ay, vamos a llenar de cariño

los amaneceres del Valle.

Esa obra, ‘Amaneceres del Valle’, que grabara Jorge Oñate con Gonzalo ‘El Cocha’ Molina un año después, fue motivo de conversación vía celular con su esposa Indira de la Cruz Ariño, al llegar a San Diego, donde compró una considerable cantidad de bollos de mazorca.

Él, le dijo a su compañera. “Bonito amanecer, como el de la canción”, y ella solamente manifestó: “Verdad, amor”. Enseguida, él le comentó que llegaría en la noche, y pidió que le guardara para comer salpicón de cazón con guineo.

Se despidieron con palabras bellas, y cuando la mañana avanzaba, Romualdo se encontró de frente con la muerte, encuentro que no pudo esquivar en la autopista del destino.

El mundo vallenato de inmediato se cubrió de luto e Indira de la Cruz perdió al hombre que le compuso más de 300 canciones, comenzando con ‘Amaneceres del Valle’ y terminando con ‘Navidad contigo’; que le regaló un hijo, Romualdo Jr., además de convertirse en el mejor papá de los tres hijos que a ella le quedaron de su primer matrimonio.

Dolor del alma

Indira no encontrará remedio para disipar sus penas, y más de la forma como él murió teniendo muchos proyectos, amando a su familia con esos detalles que no tienen comparación y haciendo canciones.

Sentarse con la mujer que fue la mayor inspiración para Romualdo Luis Brito López, nombre que le puso su padre Pedro Esteban Brito Díaz por el cantante Carlos Romualdo Gardel y el árbitro brasilero Romualdo Arppi Filho, fue algo difícil, porque las lágrimas estaban en la mesa de la tristeza y las palabras salían del fondo de su alma. ¿Cómo empezar si las preguntas ahondaban el dolor?

Se comenzó entonces por ese ayer donde ella lo conoció, y muchos años después floreció el amor enmarcado en cantos.

“A Romualdo lo conocí cuando tenía 15 años, a través de mi tío Adalberto Ariño. Estaba en la Casa de la Cultura interpretando una canción inédita en el Festival Vallenato. Después, no lo vi más, hasta que en el año 1990, estando en Barranquilla comenzando mis estudios universitarios, nos encontramos en un supermercado”. Así narra esa etapa de amistad que después tuvo el llamado del amor, tarea que no fue fácil porque incidían muchos aspectos.

Ella, lo relata así. “Cada uno desarrollaba su vida en escenarios distintos, hasta que en el año 1997 me regresé para Valledupar con mis tres hijos. Él, supo y comenzó un acercamiento. La decisión no fue fácil, desde distintos puntos me decían sobre la diferencia de edad, que era mujeriego y muchas otras cosas”.

En ese momento de indecisiones, Romualdo encontró en su memoria la fórmula precisa para que el sentimiento se desenvolviera de la manera más ágil y compuso la canción ‘Amaneceres del Valle’.

Que yo no soy lo mejor para ti,

que tú no eres lo mejor para mi

dudan de este amor tan grande,

pero en la vida hay cosas tan sagradas

que sólo mi Dios lo sabe,

como este amor que llevamo’ en el alma

y que hoy nos une a los dos.

Sabes, de mi vida lo que fui y lo que soy

sabes bien lo que estoy sintiendo hoy

por tenerte tan cerquita de mí.

Sabes, que el destino nos ha dicho que sí,

que el mañana puede ser muy feliz,

si al salir el sol perdura el amor.

Ella, quien durante la entrevista cantó esa estrofa, lloró, sonrió, y su pensamiento se cerró en aquel momento en que la palabra NO, no existía en el léxico de su corazón.

“Esa canción hizo que me uniera a él, porque me estaba demostrando que lo suyo no tenía reversa, y le dí un Sí más grande que el amor de los dos”.

Agachó su cabeza, lloró en silenció y confesó: “De todas las canciones que me hizo, que son muy bonitas, me quedo con ‘Amaneceres del Valle”, porque es la columna vertebral de nuestra relación que la muerte interrumpió después de 23 años juntos”.

Pregúntale al Valle

Indira seguía conectada con el recuerdo y manifestó que en aquella ocasión de manera simultánea Romualdo le compuso la canción ‘Pregúntale al Valle’, que grabaron ‘Los Betos’ en el año 1998.

Nena, hoy me duele saber que tú, mi bien

aún no has podido comprender,

la grandeza de mi querer, y la pureza de mi amor.

No logro entender tu proceder, mujer

si noble ha  sido mi intención

me duele que en el corazón

el camino no lo puedas ver.

Esa duda que tienes corazón

me está consumiendo,

ayer es hoy, si no es puro mi amor

si te estoy mintiendo.

Mírame a los ojos

comprende mis sentimientos

para que mires en ellos la angustia

que llevo en mí.

Él, no contento, le pidió a ella que le preguntara al Valle sobre su amor puro, rematando uno de los versos de la siguiente manera: “Pregúntale al Ecce homo, que es el patrono de tu pueblo, alza la mirada al cielo y Dios te hablara por mí”.

Ese verso hizo que ella izara su corazón a lo más alto donde las estrellas alumbraban su alma, provocando que el amor tuviera oficio.

De repente, regresa casi al inicio de la entrevista para recalcar que la vida de Romualdo eran sus canciones: “A todo le hacía canciones. En total le grabaron mil 592 en todos los estilos, sentimentales, alegres y jocosas. Si tenía alguna vivencia o conocía cierta historia, cuando me daba cuenta era que tenía una nueva canción. Su vida giraba alrededor de hacer música. Dejó más de 500 canciones inéditas que tengo en mi poder, y con el favor de Dios seré la encargada de su divulgación, para que su nombre y su obra nunca mueran”.

Detalles de Romualdo

Para Indira de la Cruz describir a su amor Romualdo Brito no fue fácil, porque tenía distintas facetas que lo hicieron grande en el concierto nacional e internacional. Ella, iba poco a poco narrando la vida y obra del cantautor. No se pudo interrumpir porque era un desahogo en medio del dolor cercano.

1.- “Él, era muy noble. Le decía que no servía de la nobleza”.

2.- “Nunca se le subió la fama a la cabeza, y por eso se ganó el cariño de todos, visto hasta en su despedida”.

3.- “Tenía como consigna la frase de lo que no se intenta, no se logra, y por eso se metió en la organización de la famosa ‘Noche de Compositores’ en el marco del Festival Vallenato, para que sus colegas se mostraran y ganaran algún dinero, pero fueron más las verdes que las maduras. Una vez me dijo que había perdido hasta el caminado, pero nunca declinó. Este evento lo hizo desde el año 2006 hasta el 2019”.

4.- “La celebración de su cumpleaños, 17 de marzo, lo hacía a nivel familiar. Nunca fue en grande, pero eso sí, no podía faltar la comida”.

5.- “Fue un líder gremial, entregado a la causa y eso lo demostró en su paso por Sayco, como directivo y presidente, donde dejó importantes logros siendo la afiliación y beneficios a los compositores que siempre le agradecieron”.

6.- “Romualdo siempre quiso que uno de sus hijos llevara su nombre, y le correspondió al mío, el cual cuenta con 18 años y quiere seguir sus pasos. Toca guitarra, compone y estudia artes escénicas”.

7.- “La canción de su autoría que más le gustaba a Romualdo es ‘Mis viejos queridos’, que grabaron ‘Los Betos’, donde él los puso en lo más alto. Ellos, Pedro Esteban Brito Díaz y Carmen Leticia López Pérez, en aquel momento cuando salió la canción la escucharon y agradecieron el gesto de ese hijo bueno”.

Esta canción es pa’ mis viejos queridos

que pa’ mi es lo más lindo que en el mundo hay,

porque no hay nada como el beso de una madre

el abrazo de un buen padre y el cariño de un hogar.

  1. “Con motivo de su muerte pudimos notar la solidaridad, lo mucho que lo querían, y es preciso agradecer a todos por esa despedida. No hay palabras para describir esos momentos de tristeza, cantos y palabras sentidas, lo que indica que Romualdo cosechó lo que sembró”.

Al final, Indira leyó un mensaje que escribió desde su alma: “Romualdo, gracias por tanto amor, por tu paciencia, dedicación, gracias por amar a mis hijos como los amaste, por educarlos y hacer de ellos personas de bien, por inculcarles valores y principios, gracias por amar tanto a mi familia que hoy lloran desconsolados tu partida, tu familia que igual están deshechos, sabes cuánto te amaban”.

Navidad contigo’…

Cuando concluía el pasado mes de octubre, Romualdo Brito determinó lanzar una canción en su propia voz llamada ‘Navidad contigo’, donde narra el significado de la fiesta de fin de año.

Que linda son todas las navidades

el mundo se viste de mil colores

en Navidad todo es inolvidable

así debieran ser nuestros amores.

Fueron tantos diciembres

que pasamos unidos

el corazón se arruga

si esta Navidad

no la pasas conmigo.

Reconciliemos ya,

en nombre de Dios te pido

roguémosle al creador

porque no muera el cariño.

Esta canción surgió el año pasado, cuando Romualdo decidió pasar la Navidad en la ciudad de Riohacha con los tres hijos de su primer matrimonio, y entonces lo sacudió la nostalgia por no estar en Valledupar. La solución fue componer ese canto donde lanzó esa proclama para declarar que no habría más ausencias.

Indira esta vez no cantó, sino que las lágrimas la visitaron nuevamente como lo han hecho todos estos días. Entonces, manifestó: “Habíamos acordado venirnos de Bogotá el 22 de diciembre a cumplir la promesa de estar juntos. Así lo dijo él en su canto: “Y yo esta Navidad la quiero pasar contigo, y vamos a embriagarnos en la felicidad”.

El golpe del dolor ha sido fuerte, el pesebre de la tristeza adorna ese hogar porque Romualdo no estará con su luz de alegría, y esos cantos que por su talento hacían posible que los amaneceres del Valle fueran llenos de cariño. Además, diciendo una de sus frases célebres: “No hay nada mejor para el alma que brindar amor”.

Indira, la fiel compañera sabe eso, y le da gracias a Dios por haberle dado durante 23 años al hombre que con la más grande emoción del corazón le cantó:

Yo quiero estar en tu alma

yo quiero estar en tu vida

para siempre reina mía,

como perdura en el Valle

las canciones inmortales

de Gustavo y Leandro Díaz.