Crónica: Franklin lleva ‘tatuado’ a Silvestre Dangond hasta en el corazón

 

Por Juan Rincón Vanegas Tw: @juanrinconv 

Todo comenzó cuando Franklin Silva Bolaño tenía 11 años. Al escuchar el canto de Silvestre Francisco Dangond Corrales reconoce que “me gustó de inmediato y me convertí en su fiel seguidor. Tanto es que mis oídos se ponen bravos cuando se atraviesan otros cantos que no sean de mi ídolo”.

Este joven, que nació en Valledupar hace 23 años, reconoce con alegría que sus padres Adalberto Silva y Milena Bolaño, así como sus hermanos Frank y Karina lo respaldan en su manera de expresar que es un fiel alumno del Silvestrismo.

La música del artista urumitero era su gran deleite, pero hace dos años decidió ir más allá y se puso el sello de Silvestre Dangond. Fue así como visitó a Carlos Monterrosa y le dijo que había decidido tatuarse gran parte de su cuerpo con motivos que giraran alrededor del reconocido cantor.

Desde aquel momento, y hasta la presente, acumula ocho tatuajes de su artista preferido, incluyendo algunos en homenaje a su familia. “Esta fue mi decisión. En mis tatuajes, que los tengo en mis brazos y piernas está el rostro de Silvestre, de su hijo ‘El Mónaco’, las iniciales de su nombre (SFDC), la palabra ‘Palomista’, en reconocimiento a su papá William Dangond; el nombre de sus tres hijos: Luís José, José Silvestre, Silvestre José, y naturalmente la palabra Silvestrista”.

Lo anterior le permitió a Franklin participar en el concurso de El Mejor Tatuaje Silvestrista en Colombia, certamen donde fue el absoluto ganador y de paso le permitió conocer de cerca a su artista favorito.

“Cada vez que veo a Silvestre me invade una emoción muy grande. No tengo palabras para describirlo, porque me saluda por mi nombre y sabe que lo sigo solamente con el interés de resaltar su talento, carisma y calidad humana”, dijo Franklin Silva, quien reside en el barrio 9 de marzo de Valledupar. 

 

Encuentro con Silvestre 

Aunque la entrevista estaba concertada, lo que el seguidor no sabía era que de un momento a otro iba a presentarse su ídolo Silvestre Dangond.

Cuando apareció, ‘El Rey de los Tatuajes Silvestristas’ se puso de pie y abrazó por largo rato a su artista. Miraba para todos lados, como si quisiera convencerse que eran unos minutos gloriosos como tributo a su fidelidad y entrega a la causa del artista vallenato que mueve multitudes.

Silvestre le agradeció rendirle ese homenaje ambulante, tanto a él como a su familia, y seguidamente vinieron las fotos. “Este detalle que tuvieron conmigo es el más grande estímulo para continuar con mi pasión Silvestrista. Él, es mi ídolo, es mi familia. Y como le dije: tiene un seguidor que lo admira y quiere mucho”.

Enseguida, Franklin se puso serio y anotó. “Si lo critican es porque está arriba, y bien arriba. El que está en el suelo ni lo quieren levantar”. El hombre de la emoción a millón, también opinó sobre la decisión de Silvestre al seguir los pasos de otros artistas vallenatos que entregaron su vida a Jesucristo. “Me parece bien y lo apoyo. Todos en un momento de la vida tenemos que cambiar y estar atentos al encuentro con Dios”.

El seguidor admite que tomó la decisión de tatuarse porque su ídolo tiene tres ornamentos en la piel. Así lo ratificó el artista, y los mencionó: “Un trébol con las huellas digitales de mis tres hijos, la medalla de San Benito, la igualdad y el Silvestrismo urumitero”.

Antes de despedirse, el artista indicó sobre Franklin Silva Bolaño. “Resalto lo que hace mi seguidor. Es un joven noble, grato, que con paz y alegría aporta mucho a mi música”. Y en ese instante, volvió el abrazo de dos amigos que se profesan un gran afecto. 

Más tatuajes 

Después del encuentro, Franklin llamó a su casa para contar lo que había vivido, y al concluir manifestó que “antes que termine el año me haré dos tatuajes más para inmortalizar a Silvestre Dangond”.

Recogió un pendón que lleva para todas partes, especialmente a los desfiles y conciertos y se quedó pensativo. Miró su celular y se dio cuenta que no había tomado una foto que registrara el momento. Entonces, sin pena manifestó: “Tío, por favor me regala esas fotos que para mi son un tesoro. Las voy a mandar a enmarcar”.

Surge en ese momento la inquietud: ¿A un seguidor inigualable, y que tiene tatuado a Silvestre Dangond hasta en el corazón se le podrá decir que NO?

El hombre que trabaja en la logística de diversos eventos partió feliz porque vivió un rato inolvidable, de esos que son como tocar el cielo con las manos y besar la luna cuando comienza a visitar la noche. Fue tanta su emoción que iba tarareando el himno del Silvestrismo: ‘Mi propia historia’. 

Cada quien tiene en la vida su cuarto de hora

que lo motiva, que lo entusiasma a ser triunfante

es un momento de buena suerte que uno lo adora

es mi momento, esa es mi estrella y voy pa’ lante.

Y por eso yo soy como soy el amigo de siempre, pa’ tí

y si tengo un momento de gloria yo sé que en el triunfo hay dolor.

Yo no le hago dos caras a ninguno, por eso la gente cree en mí

Y me fían me prestan me dan, por eso soy rico en amor.