Por Juan Rincón Vanegas y Jennifer Chacón Castellar
Sentada en la terraza de su casa, justo al frente de la plaza San Francisco de La Paz, estuvo Fanny Morón Oñate, escuchando las notas de los acordeones que provenían de los kioscos que allí se instalaron. Era la competencia de los acordeoneros aficionados inscritos para el 48 Festival de la Leyenda Vallenata, y por primera vez en otra plaza que no era Valledupar.
Ella, ponía al tanto a Amanda, su hermana mayor, que preguntaba sobre esa bulla en ese lugar antes apacible.
De repente Fanny, quien nació y creció en ese querido pueblo de la dinastía López, los cuales han puesto en lo más alto la bandera de la auténtica música vallenata, narró que era prima hermana de Jorge Oñate, “es más, tuve una nuera que es hija de Pablo López, ya no lo es porque se casó con otro señor, pero me siento tan orgullosa que este año el homenaje fue para los López”.
La primera vez en La Paz
En esa calurosa mañana del 29 de abril, que partió en dos la historia del Festival de la Leyenda Vallenata, porque un concurso se estrenaba en otro lugar, todo fue alegría e incluso el silencio se rompió con el sonido de los acordeones, las cajas, las guacharacas y las voces que entonaban esas bellas canciones pegadas al folclor.
El viento de vez en cuando se asomaba a la plaza y mecía el cabello de varias muchachas que felices daban la bienvenida a los visitantes.
El primer acordeón que sonó en La Paz, fue el de Oscar Fabián Acevedo Albis, natural de Funza, Cundinamarca, quien interpretó el merengue ‘Los tiempos idos’ de Poncho Cotes. Esas primeras notas provocaron los aplausos de los presentes y dejó sentado que un cachaco hizo historia en la tierra de los López.
De esa manera los cuatro kioscos que fueron instalados en la plaza San Francisco, tuvieron asegurada una gran clientela que observó el desempeño de los concursantes y donde el jurado desarrollaba su oficio.
De esta manera, las calificaciones dan cuenta que los mejores acordeoneros, en la competencia en el municipio de La Paz, fueron Camilo Carvajal Cuadros, Daniel Holguín Ricardo, Issa Mahmoud Gebara, Jesús Ocampo Ospino y Pedro Rueda Pinilla con 4800 puntos cada uno.
Fanny y Amanda estuvieron por largo tiempo sentadas en su terraza, admirando el talento que derrochó cada participante y que oían en cada canción. Ellas, fueron participes de esta fiesta donde eran invitadas de honor estando en primera fila.
La nostalgia de ‘El Manón’
En medio de ese rio humano estuvo Omer ‘El Manón’ Calderón Castilla, con caja en mano, pero no dispuesto a presentarse, sino que se paseaba por la plaza, viendo a los acordeoneros, cajeros y Guacharaqueros. Tenía encima la más grande carga de nostalgia, incluso que superaba su peso.
Esta vez a ‘El Manón’ le tocó perderse el Festival Vallenato desde donde a él le gusta vivirlo, los concursos. “Para mí es nostálgico no haber participado este año, es una tristeza que llevo en el corazón”. Al decir estas palabras, los ojos se le inundaron de lágrimas y las manos acariciaron con un toque tímido a su caja que no soltó en ningún momento.
Sin embargo, su tristeza se mezcló con alegría, al sentir con orgullo el homenaje que se le hizo a la dinastía López.
“Tengo en el corazón una mezcla de tristeza por no haber participado, pero también alegría por el gran homenaje a esa gran dinastía, la más grande que tiene el folclor vallenato. De igual manera porque la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, trajo este año el concurso de Acordeón Aficionado a La Paz”.
Sus razones para no participar, son las dolencias que desde hace un par de meses siente en sus rodillas y hombros, cuyo diagnóstico médico es chikunguña.
Definitivamente, La Paz se vistió de fiesta, se emocionó con las notas vallenatas, se volvieron a recordar los tiempos aquellos del gran patio de la familia López y esas parrandas que alegraban al pueblo entero.
El alcalde de La Paz, Wilson Rincón Álvarez, fue el primero en expresar la alegría que se sentía de volver a ver a su pueblo volcado a las calles celebrando el homenaje a la dinastía López.
“Le damos gracias a la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata por tener en cuenta a esta dinastía que le ha aportado tanto al folclor y a la cultura. Es la familia musical que más reyes ha puesto dentro de su entorno cultural. Esto nos dio la oportunidad de mostrarle al mundo, porque no solo es al departamento o al país, es al mundo entero, que La Paz es cultura, es folclor, y es gente trabajadora, hospitalaria que recibe a todos con los brazos abiertos”, manifestó el alcalde Wilson Rincón Álvarez.
La Paz adoptó al Festival de la Leyenda Vallenata, por sus calles corrían aires vallenatos, en sus plazas se sentía la alegría, los pacíficos salieron a las terrazas de sus casas a escuchar a los acordeoneros, cajeros y guacharaqueros.
La Paz, se sobró al ser una de las sedes del 48 Festival de la Leyenda Vallenata, y por multiplicar la venta de almojábanas, el segundo mejor pan del mundo.
Los López, frecuentemente se daban un paseo por la plaza San Francisco, recibiendo el reconocimiento de cientos de personas que saben que la vida los premió principalmente con notas de acordeón que ellos no se han cansado de regar por el mundo vallenato.