Crónica. Que regrese la paz a ‘Mi pobre Valle’…

“Ay Dios mío mete tu mano”, dice Poncho Zuleta en la primera animación de la célebre canción grabada en 1997 y que fue ganadora del Festival de la Leyenda Vallenata.
Por Juan Rincón Vanegas
@juanrinconv
El acordeonero y compositor Emiliano Zuleta Díaz, a través de su cuenta de Twitter @EmilianoZD llamó la atención sobre la ola de inseguridad que sacude a Valledupar.
“Lo que está pasando en Vpar lo pronostiqué en mi canción ganadora Rey de Reyes, 1997, Mi pobre Valle”. Su elocuente mensaje lo escribió al notar “Como se está escapando la tranquilidad en este querido Valle donde solamente las notas de los acordeones perturbaban el sueño”.
Yo no quisiera ver mi vida en peligro
porque no quiero morirme todavía,
pero al tratarse de mi Valle querido
con mucho gusto hasta mi vida daría.
De esta manera va recordando los versos de esa célebre canción en ritmo de paseo que hace 20 años fue la suprema reina en el Festival de la Leyenda Vallenata.
Si yo pudiera sacrificar mis manos
lo único que yo tengo ay para poder vivir,
y ver algún día mi Valle transformado
colmado de esperanza y un lindo porvenir.
Ya no es el Valle que conocí aquel día
cuando en el Loperena ay lo comencé a querer,
yo era un muchacho que a veces amanecía
tocando serenata subido en un andén.
Entonces lleno de tristeza por lo que se vive actualmente no se escapa ese verso contundente que canta suavemente queriendo que fuera mentira.
Ya no se puede tocar por las calles
así como anteriormente se hacía
de cualquier parte un disparo nos sale
ya uno no vale lo que antes valía
aquí ninguno responde por nadie
ese es el plato de todos los días.
Así nació la canción
La historia de la canción ‘Mi pobre Valle’ grabada por los Hermanos Zuleta en la producción musical ‘Nobleza y folclor’, en el año 1997, pide la paz de Valledupar.
“He sido el único que he ofrecido mi vida por Valledupar como lo digo en mi canto. Ofrecí mi vida por la paz porque si antes estaba la situación grave, ahora más. No es posible que este paraíso de cantos de acordeones se nos dañe. Hagan algo por favor, es mi llamado”.
Emiliano cuenta cómo hizo esa obra cumbre. “Se acercaba el Festival Vallenato del año 1997, y era Rey de Reyes de la canción inédita. Como rey, había ganado en 1985 con el paseo ‘Mi acordeón’, y había sido invitado a participar por Consuelo Araujonoguera. Un mes antes viajaba de Aguachica hasta Valledupar donde con mi hermano Poncho habíamos atendido un compromiso musical y me llegó la inspiración retratando la situación de violencia que vivíamos”.
Hace una pausa, medita un poco y señala. “Mientras los demás dormían en el bus, yo venía dándole vueltas a todos los hechos que eran el pan de cada día. Abría y cerraba el acordeón y fue fluyendo todo. Cuando llegué a la casa, lo primero que hice fue darle forma y quedó lista”.
Continúa con su narración como regresando el tiempo, y frena de repente para acotar muy convencido. “Esta canción la debían poner a diario para que sirva de reflexión que el ayer no puede repetirse hoy. La unión de todos debe ser la constante para que Valledupar sea el punto estratégico donde solamente se disparen cantos vallenatos, de esos que nos sabemos de memoria estando en paz”.
Que la violencia no nos llegue al Valle…

En medio de este relato de Emiliano Zuleta aparece la referencia del poeta romántico y soñador de la música vallenata, Gustavo Gutiérrez Cabello, a quien no lo asaltaron en su buena fe, ni tampoco le robaron el corazón y menos sus soledades y tristezas de amores del pasado. Aquella vez, 24 de enero de 2011, a un lado del camino quedó un desencanto que nunca había conocido: un millonario robo en su casa.
En medio del nerviosismo de estar en una situación desconocida para él y su familia y luego de ser noticia nacional, ‘Tavo’ Gutiérrez recordó que cuando corría el año 1985, hizo un canto llamando la atención sobre el síndrome de la violencia que se estaba asomando. Es así como compuso la canción ‘Que la violencia no nos llegue al valle’ que tuvo la más alta repercusión.
Que la violencia no nos llegue al valle
yo sentí el dolor, cuando aquí llegó
hay que respetar la vida,
la violencia siempre nos vuelve animal
hay que compartir lo que Dios nos dio
un sentimiento tan noble
y es la diferencia de ser racional.
Hizo una parada en su canto y expresó que la historia se viene repitiendo con mayor intensidad y se hace necesario frenar estos momentos dolorosos para los habitantes de Valledupar.
Que la violencia no nos llegue al valle
muere la calma aquí en la tierra mía
su suelo triste se llenó de ausencia
mi viejo valle que melancolía
Quiero sonreír pero la verdad,
Pero la verdad se impone
y es triste el momento que se vive hoy
robos por doquier, no hay sinceridad
el hombre se está perdiendo.
En aquella ocasión lo que más le llamó la atención al compositor Gustavo Gutiérrez fue que los hombres que ingresaron a su casa fueron en busca de armas de fuego, cuando esas nunca han estado en sus manos. Lo suyo es otra arma mortal que rompe corazones a través de cantos llenos de poesía con alta dosis de sentimiento y además logra que el alma flote de felicidad en medio de los acordes de una guitarra o un acordeón.
La anécdota
Al final Emiliano Zuleta, quien tiene palabras de solidaridad para todos lo que han sufrido en carne propia esta ola de violencia e inseguridad expresa: “Que corra la paz en Valledupar como corren por el mundo las notas de los acordeones”.
Nuevamente tomó la palabra y refirió una anécdota cuando se presentó el caso fortuito en la residencia de Gustavo Gutiérrez. “A ‘Tavo’ lo amarraron, que cosa cruel, y su señora Jenny Armenta en la angustia pedía que no le hicieran nada porque era el compositor de ‘Así fue mi querer’, ‘Sin medir distancia’, ‘Corazón martirizado’, ‘Paisaje de sol’ y ‘Tanto que te canto’, entre otras. Para calmarla, uno de los atracadores indicó que había puesto serenatas con algunas de esas canciones “…